Ginkgo Biloba, el último superviviente

Los Ginkgoales, representados principalmente por el árbol Ginkgo biloba, son un grupo botánico que ha sido testigo de la historia evolutiva de nuestro planeta durante más de 200 millones de años. Conocidos como fósiles vivientes, estos majestuosos árboles han sobrevivido a lo largo de las eras geológicas, conectándonos directamente con el pasado prehistórico.

Ginkgo Biloba: Un testigo de la evolución con una historia de 200 millones de años

Ginkgo Biloba
Ejemplar de Ginkgo Biloba

Curiosidades Ginkgo Biloba

Los Ginkgoales tienen un linaje ancestral que se remonta al período Pérmico, hace unos 270 millones de años. Durante el apogeo de los dinosaurios en el Mesozoico, los ginkgos formaban parte común de los ecosistemas y ocupaban un rango geográfico amplio. Sin embargo, la mayoría de las especies se extinguieron al final del período Cretácico, unos 66 millones de años atrás, durante el evento de extinción masiva que marcó el fin de la era de los dinosaurios. El Ginkgo biloba es el último miembro sobreviviente de su familia, y su presencia nos brinda una valiosa ventana a la vida prehistórica en la Tierra.

El Ginkgo biloba es considerado una reliquia biológica debido a su capacidad para resistir la prueba del tiempo. Aunque se creía extinto en estado silvestre, fue redescubierto en China durante la época medieval y ha sido ampliamente cultivado y apreciado en todo el mundo. Su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones ambientales y climáticas a lo largo de su larga historia evolutiva ha sido fundamental para su supervivencia.

Es un árbol de hoja caduca con una corona ancha y forma cónica. Sus hojas son distintivas y en forma de abanico, lo que lo convierte en un espécimen fácil de identificar en los paisajes naturales y urbanos. La morfología de estas hojas es verdaderamente singular y no se encuentra en ninguna otra planta viva en la actualidad. Su aspecto se asemeja sorprendentemente a los fósiles de ginkgo encontrados en rocas prehistóricas, proporcionando así evidencia de su antigua presencia.

Además de su valor estético, las hojas y semillas del Ginkgo han sido utilizadas en la medicina tradicional china durante siglos como parte integral de la farmacopea oriental. Estos componentes botánicos han sido estudiados ampliamente por sus supuestas propiedades medicinales, que incluyen beneficios para la circulación cerebral y la memoria. En la antigua sabiduría de la medicina oriental, se considera un remedio natural para mejorar la función cognitiva.

Dado que el Ginkgo biloba es el último representante de los Ginkgoales, su conservación es de suma importancia para la biodiversidad. Los esfuerzos de propagación y cultivo llevados a cabo por científicos y conservacionistas son fundamentales para asegurar que esta especie única continúe existiendo en el futuro. Esta lucha incluye la recolección y almacenamiento de semillas para la propagación en viveros especializados, así como la identificación y protección de poblaciones silvestres en su hábitat natural.

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