Cómo regar las plantas correctamente y cómo evitar errores

El cuidado adecuado de las plantas es primordial para mantener un jardín saludable y floreciente. Sin embargo, en el afán de cuidar nuestras plantas, a menudo cometemos errores que pueden tener consecuencias negativas en su evolución. En esta publicación, exploraremos los errores comunes al regar las plantas y cómo evitarlos para que tus vegetales, flores y plantas de interior prosperen en un ambiente óptimo.

Trucos para regar las plantas sin ahogarse

Riego de las plantas con manguera
Pistola de riego para manguera de jardín

¿Cómo saber cuándo regar una planta?

Sobrerregar: Conoce las necesidades de tus plantas

El sobrerriego es un error común y potencialmente dañino. Cada planta tiene su propio consumo de agua, y regarlas en exceso puede asfixiar las raíces y favorecer el crecimiento de hongos. Para evitar este fallo, es fundamental conocer las necesidades hídricas de cada especie en tu jardín y ajustar la frecuencia de riego en consecuencia. Algunos ejemplares, como los helechos y las plantas tropicales, prefieren un suelo constantemente húmedo, mientras que otras como los cactus y suculentas, prosperan con períodos de sequía entre riegos.

Drenaje adecuado: Agujeros en las macetas

Un error relacionado con el sobrerriego es el uso de macetas sin agujeros de drenaje. Los agujeros permiten que el exceso de agua se escape, evitando el encharcamiento y el deterioro de las raíces. Es importante asegurarte de que todas tus macetas tengan orificios para garantizar un flujo adecuado de agua y oxígeno en el suelo. Si encuentras una maceta que te encanta pero no tiene aberturas, puedes perforarlos tú mismo en el fondo para mejorar el paso del agua.

Tiempo de riego: Evita las horas calurosas

Regar en las horas más calurosas del día, como el mediodía, es una equivocación que debes evitar. Durante este período, el agua se evaporará rápidamente bajo el sol fuerte, desperdiciando recursos y perdiendo la oportunidad de que las plantas absorban suficiente agua. Opta por regar temprano en la mañana o al atardecer, cuando la temperatura es más fresca y los cultivos pueden captar y retener mejor el agua.

Evita mojar las hojas en exceso

Mojear las hojas innecesariamente puede ser perjudicial para las plantas, especialmente durante las horas de luz intensa. El agua en las hojas puede fomentar el desarrollo de enfermedades fúngicas, como el mildiú y el moho, provocando problemas estéticos como manchas y decoloración. Aparte, algunas especies son sensibles al sol y pueden sufrir quemaduras solares cuando se mojan bajo luz directa. En lugar de rociar agua sobre el follaje, dirige el riego hacia la base de la planta para que el agua llegue directamente a las raíces, donde es más necesaria para el crecimiento y el sustento de la misma.

Temperatura del agua: Evita el choque térmico

El uso de agua extremadamente fría puede causar un choque térmico a las raíces de las plantas, afectando negativamente su desarrollo y salud. Para evitar este problema, es recomendable utilizar agua a temperatura ambiente o ligeramente tibia, sobretodo en climas más fríos. Si tienes un jardín en exteriores y el agua de la manguera está muy fría debido a las condiciones climáticas, puedes llenar un recipiente y dejarlo reposar al sol antes de regar las plantas. Esto permitirá que la temperatura del agua se equilibre antes de ser utilizada en el riego.

Calidad del agua: Cloro y sal

El cloro y la sal en el agua son perjudiciales para las flores, mayormente en concentraciones elevadas. Si tu agua del grifo contiene altos niveles de cloro, déjala reposar en un recipiente abierto durante al menos 24 horas antes de comenzar a regar. Esto permitirá que el cloro se evapore y reducirá su concentración en el agua. Si vives cerca del mar y utilizas agua salada para el riego, ten en cuenta que el exceso de sal puede afectar negativamente al bienestar de las plantas. Si es posible, utiliza agua de lluvia o agua filtrada para protegerlas de los efectos nocivos del cloro y la sal.

Conoce las necesidades individuales de tus plantas

Cada planta es única, por lo que es esencial conocer los deseos específicos de cada una. Investigar sobre la luz, la humedad y los requisitos nutricionales de cada especie en tu terraza te permitirá brindarles el cuidado adecuado. Presta atención a las señales que te envían tus flores y ajusta el riego según sea necesario para mantenerlas saludables y vibrantes. Observa las condiciones en las que prosperan mejor, como la cantidad de luz que necesitan y cuánto tarda el suelo en secarse entre riegos. Al entender las necesidades individuales de tus plantas, podrás crear un ambiente óptimo para que florezcan y embellezcan tu hogar y jardín.

No olvides las plantas recién trasplantadas

Las plantas recién trasplantadas son susceptibles al estrés hídrico. Durante las primeras semanas después de transplantarla, asegúrate de mantener un equilibrio cuidadoso con el riego adecuado. Las raíces pueden estar aún estableciéndose, y un sobrerriego puede dificultar su adaptación al nuevo entorno. Contempla de cerca estos ejemplares y riega con cuidado, dándoles el tiempo y el espacio para que sus sistemas radiculares se fortalezcan antes de aumentar la cantidad de agua que reciben.

Riego superficial

Comprueba que el agua penetre adecuadamente en la tierra. El riego superficial puede llevar a que las raíces se concentren en la superficie del suelo en lugar de extenderse hacia abajo en busca de agua. Regar más en profundidad y menos frecuentemente fomentará un sistema radicular más fuerte y resistente. Asegúrate de que el agua llegue a una capa suficientemente profunda para alcanzar las raíces más desarrolladas. La medida ideal puede variar según el tipo de planta y el tipo de suelo.

No seguir un calendario fijo de riego

Establecer un horario de riego rígido puede ser negativo. La hidratación de las plantas varía según la estación, las condiciones climáticas y el crecimiento. En lugar de adherirse a un calendario fijo, presta atención a las señales que te envían y ajusta el riego en consecuencia. Controla la humedad del suelo y riega cuando sea necesario, no solo porque sea un día programado. Observa si la tierra está seca o húmeda, y si las hojas están marchitas o turgentes. Regar de manera más inteligente y adaptable garantizará que tus plantas reciban la cantidad adecuada de agua en el momento adecuado, lo que conducirá a un jardín más exuberante.

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